lunes, 23 de julio de 2007

Desesperando en el Fernandez


"Por este pasillo vas para la derecha, doblas a la izquierda y seguís hasta el fondo”, dijo la recepcionista. Estas indicaciones me dirigían a la sala de espera de pisos negros y paredes blancas, de la guardia. Luego del recorrido, ahí estaba la gran habitación con muchos asientos, todos ocupados por los pacientes.

Las puertas de los cuatro consultorios y la de la sala de traumatología eran la esperanza para calmar los diversos sufrimientos, pero tardaban una eternidad en abrirse hacia la atención médica que necesitaban. Los tremendos puñetazos y patadas que tenían esas puertas demostraban que las tardanzas enfurecieron a algún familiar días o meses atrás.

Mientras tanto, una señora de unos 50 años soportaba estoicamente fuertes dolores en su pierna derecha. Ella tenía que estar parada ya que no había camillas libres en toda la sala. Otra mujer frotaba sus manos enrojecidas y gritaba “me pica, me pica”; un fuerte ataque alérgico la aquejaba, sin embargo las puertas continuaban inmóviles y cerradas. Por suerte la pediatra agilizaba la atención de los niños que pasaban a atenderse sus resfríos, sus anginas o a darse las vacunas correspondientes.

El Hospital Fernández, ubicado en el barrio de Palermo, es un centro de alta complejidad al cual acuden numerosas personas con urgencias de todo tipo, en especial traumatológicas. Pero el déficit de profesionales contratados genera que la atención a pacientes ambulatorios sea lenta y las salas de espera estén colmadas de gente que padecen enfermedades respiratorias, ataques alérgicos o traumatismos, que esperan horas y se fastidian por la demoras.

La falta de insumos y medicamentos es la misma que tiene el resto de los establecimientos sanitarios. Durante el 2005 y 2006, el tomógrafo estuvo varios meses descompuesto, lo mismo pasó con los aparatos de rayos.

Una investigación de la Defensoría del Pueblo reveló que la demora de las cirugías cardiovasculares en el Fernández es de 3 años, “una cifra significativa y vergonzosa”, según sentencia el informe. Además durante el 2006, fue el único hospital que no operó normalmente por falta de mesa de cirugía. Y realizó una sola intervención quirúrgica por semana.

Estas fallas y deficiencias tendrían que superarse para que los ciudadanos sin cobertura médica puedan atenderse sin tener que esperar horas en las salas de desesperación.

lunes, 16 de julio de 2007

Luchas de ayer y hoy: Alfredo Palacios


En 1913 el Partido Socialista evidenció un vergonzoso acto de corrupción en la construcción del edificio del Congreso de la Nación, Alfredo Palacios formó parte de la comisión investigadora que investigó cual fue el motivo por el cual el presupuesto se elevara 20 millones de pesos en tan solo 7 años. La denuncia fue desestimada por el Estado y los contratistas no fueron castigados por la ley. Contratistas que hacen negociados con el gobierno de turno no es algo que inventaron en los noventas el clan Macri y el menemismo, años atrás estas barbaridades ocurrían con el mismo modus operandi. Quizás actualmente denunciaría esos negociados o retaría a duelo a Daniel Filmus como lo hizo en 1915 con el diputado radical Raúl Oyhanarte; hecho que estaba prohibido en el estatuto del partido y que lo dejo afuera del PS.

Palacios fue un dirigente político que abogó por los derechos de los trabajadores, emprendió su disputa a favor de las leyes que reglamentarían el trabajo de mujeres y niños. Implantando el descanso obligatorio antes y después del parto, prohibiendo el trabajo de menores, creando casas cuna donde las madres obreras colocaban a sus niños para poder darles de comer, luchó por la jornada de ocho horas y constituía el domingo como descanso obligatorio, batalló contra la trata de blancas y en favor del voto femenino. Estas luchas fueron tomadas cuatro décadas después por el Movimiento Peronista.

Se declaró adversario político de Juan Domingo Perón y pero el trabajo de Evita por los pobres, humildes que el mismo defendió como abogado ante las causas injustas. En un principio apoyó a la Revolución Libertadora que derrocó al líder peronista, luego el tiempo y los fusilamientos le demostraron el error que había cometido al apoyar a Pedro Aramburu y Jorge Isaac Rojas. Inmediatamente se dispuso a defender a los presos políticos peronistas.

La casa que habitó desde sus veinte años en el barrio de Palermo es actualmente un museo que puede visitarse para conocer más de líder Socialista. En ella se puede recurrir a más de 30.000 volúmenes, cartas epistolares con los hombres más prominentes de su época, documentos, manuscritos originales.

Dirección: Charcas 4741. Barrio de Palermo, Buenos Aires.

TEL. 4307 0250

Entrada: gratuita